El científico noruego Kristian Birkeland es considerado comúnmente el inventor del cañón Gauss electromagnético, por el cual obtuvo una patente en 1904.
[3] En 1933, el inventor estadounidense Virgil Rigsby desarrolló un cañón de bobina estacionario que fue diseñado para emplearse como una ametralladora.
[4] Su invento fue publicado en varias revistas científicas contemporáneas, pero nunca atrajo la atención de las Fuerzas Armadas.
Una solución obvia sería accionar los imanes mucho antes de que el proyectil los alcance, pero como la fuerza magnética disminuye con el cuadrado de la distancia (es decir muy rápidamente) demasiada energía se perdería con tal solución.
El arma comienza con todos los imanes conectados, y luego se los apaga uno por uno antes de que el proyectil los alcance.
Esto tiene un cierto número de efectos secundarios, pero el principal es que la aceleración puede ser muy lenta sobre una longitud más larga, lo cual significa que la energía necesaria en cualquier sección del cañón Gauss es menos intensa.
El flujo acoplado genera un campo magnético que almacena energía en el aire circundante.
Con cuidado controlando las tasas de calentamiento, los imanes pueden ser "apagados" secuenciálmente en los porcentajes apropiados para conseguir un cañón Gauss, uno que genere campos magnéticos potentes con alta eficiencia, y con tendencia a una histéresis inferior debido a la disipación rápida de la energía en la bobina.
Aunque se hayan mostrado cañones Gauss para alcanzar velocidades supersónicas.
En el videojuego de Halo 3, una variante del Warthog de la UNSC se ve armado con un cañón Gauss, aunque es altamente poderosa contra blancos no blindados, se requieren 5 disparos para inutilizar un tanque Scorpion o Wraith.
En el videojuego para teléfono móvil, Worms 2011: Armageddon, aparece como arma el cañón Gauss, el cual lanza un proyectil brillante guiado por una línea recta con apariencia de láser que atraviesa cualquier terreno.
Para mayor definición, el wolframio es utilizado en los filamentos de las bombillas tradicionales, dónde por el flujo de electrones eleva su temperatura a niveles que otros metales no soportarían sin fundirse.
El cañón, el cual estaría en desarrollo como armamento principal de tanques, funcionaría con una potentísima bobina magnética, que impulsaría el proyectil.
El rozamiento del aire a grandes velocidades provocaría un gran calentamiento del proyectil, con temperaturas prácticamente solares (lo cual no es imposible, si nos fijamos en las antiguas "bombas térmicas" utilizadas en la Segunda Guerra Mundial, que alcanzaban temperaturas capaces de fundir todo tipo de metales).
[cita requerida] El cañón Gauss aún está en desarrollo, y sólo se han probado prototipos en laboratorio, debido a la gran inestabilidad del artefacto.