Alrededor de 1948 las prostitutas se sentaban tras las ventanas, bien vestidas, como si fuesen amigas que simplemente hubieran quedado para conversar.
La actitud de la sociedad hacia la prostitución se volvió más pragmática y menos moralista.
[6] En los últimos años sesenta, la ropa común fue reemplazada por medias de rejilla, minifaldas y suéteres transparentes.
[8] La ciudad de Ginebra le tomaría el relevo, permitiendo la prostitución tras sus escaparates a partir del año 2010.
[9] Actualmente, existen escaparates para prostitutas en, al menos, 12 ciudades holandesas, 16 municipios belgas y 17 ciudades alemanas, más la ya nombrada ciudad suiza de Ginebra; bien se encuentren estos en casas particulares a pie de calle o en establecimientos sexuales.