Combatió a la Intervención Francesa y al imperio, para lo cual organizó su propia fuerza.
En 1869 el gobernador Miguel Lira y Ortega lo nombró prefecto político de Tlaxco.
Participó directamente en la batalla de Tecoac que dio el triunfo a éste.
Escribió en náhuatl el Discurso pronunciado en la manifestación hecha en honor de Cuauhtémoc, que se publicó en 1889.
Ese mismo año su gobierno se vio alterado por otro incidente: más de 900 indígenas asaltaron Panotla, reclamando sus tierras.
En 1900 tuvo lugar otra protesta campesina en la ciudad de Tlaxcala, que Cahuantzi quiso dominar, leyendo en el balcón de palacio, los artículos del código penal estatal que serían aplicados a los alteradores del orden.
Su impopularidad se debía a que echaba mano de soluciones extremas.
El gobierno tlaxcalteca inclusive carecía de recursos militares para hacerle frente.
Cahuantzi logró que la Secretaría de Guerra le proporcionara algunas armas y escaso parque.
El objetivo era reclutar en los municipios un contingente de "gente honrada" que diera garantías y defendiera a las poblaciones.
Esto más bien pudo lograrse con la gente pagada por los hacendados, que quedaron bajo el mando de Cahuantzi.