Posada (establecimiento)

En el siglo xxi pueden encontrarse integrados en monumentos rehabilitados, como reclamos turísticos de la ciudad, lugar o región en la que se encuentren.Identificadas muchas veces con los primitivos mesones, en la actualidad el uso del término posada pueden aparecer como sinónimo de parador.Los restos arqueológicos han permitido estipular que las posadas se encontraban cada 24 millas (unos 35 kilómetros, dado que cada milla romana corresponde a 1.480 metros), conociéndose diferentes tipos, como las «mansiones» y «mutationes», además de las mencionadas «cauponas».[13]​[14]​ Igual confusión se documenta en las crónicas de viajeros extranjeros en y por España a partir del xviii.[16]​[18]​ Otra fuente documental tan variopinta como entretenida es la que puede extraerse de la abundante literatura de viajes que provocó la península ibérica en los viajeros del Romanticismo y sus continuadores,[19]​ desde el veneciano Giacomo Casanova, hasta Edmundo de Amicis, pasando por Victor Hugo;[18]​ todos ellos, y como ellos otros muchos han dejado magistrales páginas sobre las posadas españolas y sus posaderos.Llegado al pueblo tras haber pasado la noche anterior al aire libre, encontró el establecimiento a las afueras del pueblo (entre el camino y la vía del tren), «una casa de labor castellana bastante ruinosa» y preguntándose «En qué categoría de hoteles españoles» estaría catalogado aquel establecimiento que, al traspasar la puerta consideró como posada, que «según la tradición castellana» tenía su planta baja destinada a las mulas y el ganado, un espacio oscuro por el que avanzó a tientas y resbalando en las heces de los animales.
Posada del Rosario , del siglo xvi , en Albacete (España).
Posada del León de Oro, en Madrid (1897).
Posada de los Comuneros , en el barrio moro de Molina de Aragón (Guadalajara, España).
La posada Massó, en Villanueva de la Jara ( La Manchuela ).
La ya desaparecida Posada de la Sangre (Toledo, España), declarada en 1920 Monumento Arquitectónico-Artístico.
Tópicos costumbristas de una posada andaluza, óleo de Manuel Cabral Aguado-Bejarano (1855)
Una posada en los Países Bajos, óleo de David Teniers II (1654)