Normalización lingüística

En general, se reserva este término para las lenguas minoritarias; pero en un sentido amplio muchas lenguas transnacionales han pasado por un proceso de este tipo frente al latín, por ejemplo.

Este proceso comprende dos fases (en el caso de lenguas no cultivadas): la normativización y la extensión social.

Durante el siglo XX se han normalizado lenguas como el finés, el noruego, el hebreo, el húngaro, el checo, etc.

Se ha generalizado la discriminación positiva para las lenguas autonómicas, llegando en muchos casos a chocar la convivencia con el español.

Este término hace referencia a la creación y promoción de lenguas auxiliares construidas, diseñadas específicamente para la comunicación internacional, como el esperanto.