[1] Su característica propia consistía en utilizar en sus diseños bordes de ataque con curvatura negativa.
[3] La adquisición de la licencia Fernández le permitió construir dos aeroplanos, ligeramente modificadas respecto al original.
Durante este periodo no permaneció inactivo y concibió su primera hélice de paso variable.
El taller de la calle de Javel siguió trabajando a pleno rendimiento porque además del mercado civil, la empresa suministraba sus componentes a la naciente aeronáutica militar francesa.
Este último se convirtió en el primer intento en el mundo de construir aviones totalmente metálicos.
[1] Al final del primer año de la guerra, Levasseur fue enviado de vuelta para reactivar sus talleres, que se habían quedado pequeños y fueron trasladados a la plaza Félix-Faure.