Son semejantes externamente a las anguilas, aunque no están emparentados con ellas; tienen el cuerpo gelatinoso, cilíndrico, sin escamas y muy resbaladizo.A pesar de compartir muchas características con los peces, taxonómicamente no se incluyen en este grupo sino que forman un grupo independiente y muy antiguo, situándose en la base del origen de los vertebrados.Su sistema nervioso mantiene la polarización rostrocaudal que ya aparece en los invertebrados, manteniendo una organización similar.Esta información olfativa le permite controlar las conductas de predación y reproducción.En las lampreas ya se puede observar la organización básica general del sistema nervioso central de los vertebrados.En su médula espinal y el tronco del encéfalo, las lampreas cuentan además con especialización funcional dorsoventral similar a la de los vertebrados.Esto quiere decir que si seccionáramos transversalmente cualquiera de estas dos regiones, las funciones sensoriales se concentrarían en la zona dorsal y las motoras en la ventral[5].Su carne, aunque dura, es muy apreciada en Galicia (los romanos ya la consideraban verdaderamente exquisita).
Boca de la lamprea en la que se observa los distintos círculos de dientes concéntricos y la lengua. Ambas estructuras son córneas.
Alimentación de la lamprea y morfología externa.
Arroz de lamprea, Portugal.
Lamprea a la bordelesa, servida con arroz cocido y picatostes.