Dicha plataforma, aunque estrecha, ya que el talud se encuentra a distancia de tierra, es muy rica en recursos pesqueros.
La flota española conseguía grandes capturas en unos caladeros considerados libres, aunque para ello los pescadores tuvieran que alejarse mucho de su plataforma continental y faenar en aguas jurisdiccionales de otros países.
Esto continuó así hasta que las naciones que veían como eran esquilmados sus recursos pesqueros sin ninguna compensación decidieron, en la Conferencia del Mar auspiciada por la ONU (Oya, 1995; Salvá, 1990) aumentar sus aguas territoriales hasta las 200 millas náuticas.
Al mismo tiempo la UE puede decretar vedas en determinados caladeros o restricciones pesqueras sobre algunas especies en peligro de sobreexplotación, como ha ocurrido con el boquerón en el Cantábrico, vedado durante algunos años para lograr su recuperación.
[2] Los barcos españoles faenan a lo largo de todo el mundo, tanto en el Atlántico (Marruecos, Mauritania, Guinea-Bissau, Guinea-Conakry, Angola) como en el Pacífico oriental, aguas árticas y más recientemente en el Índico (Madagascar, Seychelles, Comores, Mauricio.
La comercialización de las especies marisqueras (almejas, coquinas, berberechos, etc.), recolectados en el litoral, se hace fundamentalmente en Galicia.
También allí se localizan casi la totalidad de las plataformas mejilloneras existentes.
[6] La flota pesquera en España en 2013[1] Principales cifras de la pesca marítima y acuicultura en 2013[1] Puede acceder a datos más actuales en la página del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.