Pedro de Mezonzo
Rosendo de Celanova y el conde Gonzalo pusieron en fuga la invasión, en un momento en que la monarquía leonesa no era quien de defender el país gallego, abandonado a su suerte frente a la amenaza normanda.Acompañó a éste al concilio que se celebró en León para suprimir el obispado de Simancas.En este intervalo pasó a reinar en Galicia Bermudo II aupado por la nobleza gallega y que anhelaba gobernar también en tierras leonesas.Posiblemente removido por el nuevo rey gallego, Payo Rodríguez renuncia a la mitra.Ese año participa en las Cortes convocadas por Bermudo II para reafirmar su dominio pacífico sobre todo el reino de León.La nobleza gallega que elevara a Bermudo no quedara satisfecha con las prebendas del nuevo statu quo y empezaron a negociar alianzas con el victorioso Almanzor, ya por temor, ya por ansiar la protección y el impulso del dueño de Hispania.Su imponente infantería embarcaba en Córdoba y entraba por el Duero para unirse a su eficaz caballería a la que se habían unido condes gallegos y leoneses que apostaban por la indiscutible superioridad del caudillo musulmán de España.Conseguido el objetivo de dejar reducida a cenizas la capital espiritual del occidente cristiano, retornó con cuatro mil prisioneros.Por su parte, el propio Mezonzo se describía a sí mismo simplemente como un pecador.Hic piam antiphonam de Beata Virgine, nempe Salve Regina, compuesi dicetur».