El maestro solo había ocupado el cargo poco más de ocho meses.
Cuando en marzo de 1685 todavía no se habían realizado las pruebas, dos candidatos, Enciso y Tomás Micieces solicitaron las oposiciones, a las que finalmente se presentarían además de Enciso y Micieces, Juan Cedazo, Matías Durango, Diego Durón y Diego Caseda.
[1][8][7][9] La estancia de Enciso en Sigüenza pasaría sin incidentes.
A partir de 1693 se comienza a notar una pérdida de salud, cuando en el cabildo hubo quejas de que «[l]os niños del coro están mal cuidados, rotos e indecentes».
Tres días después se publicaron los edictos para la realización de oposiciones para ocupar la vacancia.