Además, es bastante probable que fuera sobrino del poeta lucense Luis Barahona de Soto.
[2] En la Corte perteneció a la Academia del Conde de Saldaña primero y desde 1612 al menos a la Academia Selvaje con el nombre de Ardiente; allí leyó su Discurso sobre la Poética.
También compuso al menos ciento veintiséis sonetos y varias églogas.
En forma humana, el río la persigue por toda la Arcadia, y ella, agotada por el esfuerzo de la carrera, pide socorro a la diosa Diana, quien la rodea con una espesa nube.
Aparte del mencionado interés por la Fábula de Alfeo y Aretusa de Gerardo Diego, Federico García Lorca escribió sobre él y Granada su conferencia Granada.