Asimismo fue aclamado en las tertulias literarias e intelectuales por su capacidad para la improvisación, esto es, por ser lo que se denominaba un gran repentista.
Ni siquiera su nombre en los estudios modernos es claro, ya que es típico encontrarlo como Juan Bautista de Vivar o Bivar, aunque en alguna ocasiones aparece sin el primero de los nombres.
Como consecuencia, actualmente solo conocemos una escasa parte de su obra literaria, constituida sobre todo por romances nuevos.
[3] Existen distintas referencias que nombran a este autor y lo relacionan con los círculos literarios de la época:
También se le atribuyen tres glosas que comienzan Vn martyr sancto aguardaba; Virgen, la reyna sois de hermosura y Estando el cielo estrellado.
La temática erótica está muy presente en dichos poemas, sin utilizar apenas eufemismos.
Además, es similar al Cuaderno K del Colegio Mayor de Cuenca porque en ambos hay un mismo poema con pocas variantes, añadiendo que en otro poema del Cuaderno se dirige a Ascanio Colonna y aparecen enamoradas de Vivar.
También se asemejan por la fecha de creación, situada en el último tercio del siglo XVI.