Ignorado por Ceán Bermúdez, que atribuyó al padre todas las estampas indistintamente firmadas Perret o Perete, la personalidad de Pedro Perete sólo en fechas recientes ha comenzado a ser reconocida.
[3] La muerte del padre en 1625 debió de suponer la ruina familiar, pues Pedro y su hermana Josefa se vieron obligados a solicitar al rey otra ayuda alegando los muchos años de servicio del difunto y su mucha necesidad.
[4] No consta, con todo, que llegase a entrar en la guardia pues en 1637 todavía se le mencionaba en una lista de aspirantes y declaró haber pedido a Flandes sus informaciones, «aunque él nunca ha salido de España ny sabe las lenguas».
[4] Aunque en la documentación aparece citado frecuentemente como pintor y raramente se le da el título de grabador, son sus grabados lo que mejor se conoce de su trabajo.
Dejaba mujer, Serafina Guerra, y tres hijos, Jusepe, Juana y María, que casaría con Gregorio Fosman, grabador, discípulo de Pedro de Villafranca.