Pedro López de Padilla III

Toledo, pues, sería la ciudad desde donde desplegaría una fluida relación con la política del reino y con relevantes sectores de la sociedad castellana.

[3]​ En la ciudad del Tajo tuvo también las denominadas casas del Ciprés y en Huecas una heredad que vendió a Pedro López de Ayala III en 1443.

Esta notoriedad política le permitió desempeñar el oficio de guarda mayor del rey Juan II de Castilla.

[3]​ Fue el primer miembro del linaje en fundar un mayorazgo.

[3]​ A su muerte, en 1447, la mayor parte de sus propiedades (menos las toledanas) pasaron a su primogénito Juan de Padilla.