Pedro Guerrero (obispo)

No se conservan documentos que permitan conocer cómo fue la formación primaria de Pedro Guerrero.Allí estudiaría latín como materia básica, así como Geografía, Historia, Matemáticas, Filosofía y Retórica, y quizá otras materias de tipo religioso o eclesiástico, en un contexto cultural renacentista pero todavía anclado en el medievo en muchos aspectos.[7]​ Entre 1519 y 1523, siguió cuatro cursos de Artes, estudiando Súmulas, Dialéctica, Lógica, Física y Metafísica,[8]​ en un ambiente universitario fuertemente influenciado por las nuevas corrientes filosóficas de la época, entre las que el erasmismo cobraba singular importancia.Finalizados los estudios correspondientes hacia 1523, Pedro Guerrero debió graduarse como bachiller en Artes, aunque no consta documentalmente tal circunstancia[12]​ ni está claro si lo obtuvo en Alcalá o en Sigüenza.Correspondía pues a Pedro Guerrero la prebenda catedralicia al haber obtenido la cátedra.Pero por diversos motivos habían surgido conflictos entre el cabildo catedral y colegio Portaceli en la provisión de las canongía.Así, apoyándose en una bula de Sixto IV que lo autorizaba a proveer el cargo, el cabildo había elegido al maestro Cebasllos de la Peña canónigo magistral, elección que fue anulada por el cardenal-obispo García de Loaysa al mismo tiempo que requería al deán para dar posesión del cargo a Pedro Guerrero.Mediante prórroga de este permiso o dilaciones en su cumplimiento, Pedro Guerrero no llegó a residir en Cuenca nunca.[30]​ Favoreció el establecimiento del hospital creado por el santo en las casas que habían dejado libres los jerónimos al trasladarse al nuevo monasterio, y asumió la protección del mismo, a partir de su muerte en marzo de 1550.[31]​ Pedro Guerrero fue designado por el Emperador para asistir a la segunda etapa del Concilio de Trento.[36]​ Entró en Francia por Navarra y tomó contacto con la compleja realidad religiosa del sur del país, fuertemente influenciada por las ideas de la Reforma, sobre todo por Calvino, que Pedro Guerrero conocía bien por sus estudios y lecturas.Encontrando que muchos obispos estaban ausentes de sus sedes por temor a los calvinistas, que habían empezado a atacar templos e imágenes, no dudaba en celebrar y predicar aun con riesgo para su propia vida.Nuevamente hizo el viaje por tierra, pasando por Navarra a Francia, predicando y confrontando con protestantes por los sitios por donde pasaba, llegando a estar en peligro su vida en la Universidad de Toulouse, donde también disertó en apoyo del arzobispo local.[38]​ Durante el desarrollo de las sesiones preliminares, Pedro Guerrero fue reconocido como cabeza del grupo español.Continuó el viaje pasando por Madrid para entrevistarse con Felipe II, darle cuenta de los asuntos del concilio y del mensaje que le había encargado el rey de Francia.Del desarrollo del pontificado de Pedro Guerrero durante los ocho años y medio que transcurrieron entre el primer y el segundo viaje a Trento, se pueden destacar los siguiente hechos:[40]​ Una visita pastoral durante la cual hizo hincapié en la necesidad de que los beneficiados permaneciesen en sus parroquias cumpliendo con las obligaciones del cargo.Por su parte San Ignacio de Loyola elogió la bondad y doctrina del arzobispo Guerrero.Fue polémico un sermón que predicó en marzo de 1558, motivado porque una mujer que había sido solicitada carnalmente en confesión, fue obligada por un confesor jesuita con autorización del arzobispo a denunciar al confesor solicitante.Fue a La Alpujarra, que había quedado devastada por la guerra y estaba recién repoblada con cristianos viejos.Sin embargo, mientras las instituciones, Acuerdo, Inquisición y Ayuntamiento, honraron al arzobispo con su presencia en las exequias, el clero, con el que el arzobispo Guerrero se había mostrado exigente y que entre otras cosas recordaba su actitud frente al secreto de confesión en los casos de delito de solicitación, guardó silencio.
Pedro Guerrero administrando los últimos sacramentos a san Juan de Dios , estampa aguafuerte de Juan de Noort conservada en la Biblioteca Nacional, Madrid.