Pedro Antonio de Trevilla

Tras la derrota final de los franceses en 1812, acabó en la cárcel por su supuesto carácter afrancesado.[1]​ En Las Ermitas se construyó una silla de piedra con vistas privilegiadas a toda la ciudad y la campiña conocida como "sillón del obispo".Desde entonces, hubo escasas procesiones en la ciudad hasta el estallido de la guerra civil española en 1936, amparadas por el nacionalcatolicismo.[3]​ Trevilla realizó grandes cambios en la Mezquita-catedral de Córdoba para recuperar su arquitectura islámica.[4]​ Trevilla también mandó realizar la nueva mesa de altar en 1816 a los talleres madrileños Martínez, ya que el anterior de plata, donado por el obispo Mardones, fue expoliado durante la ocupación napoleónica.