A la muerte de este último sin descendencia en 1918, su padre heredó el título y la propiedad.
En respuesta a esta pérdida, en 1670 se erigió un nuevo edificio sobre los restos de la antigua torre, fundado por el capitán Johan Tavares dando origen al morgado que hoy conocemos.
Tomando como modelo al cercano Pazo de San Thomé (Pazo de la Pastora), un palacete renacentista del siglo XVII, se proyecta un nuevo edificio que evocará la arquitectura castellana en el rural gallego.
La propuesta arquitectónica del edificio, originalmente compuesto por un cuerpo central y dos torres laterales, ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los años.
Delante de la fachada principal se extiende un amplío patio con un estanque circular.
Lamentablemente, el mobiliario y los objetos originales del pazo no se conservan hasta nuestros días.
Aunque no contaban con una capilla propia, sí poseían un oratorio privado dedicado a Nuestra Señora de la Soledad, el cual funcionó en una sala del pazo desde antes de 1680 hasta finales del siglo XVIII.
El espacio ajardinado se sitúa en el entorno inmediato de la casa y forma un contorno inseparable con ella.
[8] El jardín cuenta con numerosas especies vegetales autóctonas y exóticas, algunas centenarias gracias al suave clima de Vigo.
Esta cuidada vegetación se enriquece con esculturas, una galería de escudos y diversos monumentos.