Una fuerza salvaje, elemental, reprimida, parecía repentinamente desatada, ignorando precedentes y acuerdos, impaciente por comprometerse, quitándose de encima el viejo sindicalismo complaciente, algunas veces, como en la huelga ferroviaria de 1911, obligando a los líderes conservadores a ir más lejos como hojas caídas en un viento otoñal.
Los líderes sindicales, casi como un solo hombre, lo deploraban, el Gobierno lo veía con alarma… Sin embargo, haciendo caso omiso, alentada tan solo por una pequeña minoría de dirigentes sindicales, la gran oleada huelguística continuó, amenazando con barrer todo lo que tenía por delante.
Asistieron a ella unos 100 delegados, la mayoría de los cuales se opusieron al entonces Comité Ejecutivo del partido.
"La lucha fue larga y obstinada; se hicieron intentos de llegar a un acuerdo, pero Hyndman fue incorregible.
Es muy ventajoso para el socialismo británico que Hyndman fuese obligado a abandonar el ejecutivo en su Conferencia y que la composición del mismo fuese, en general, modificado en un 75 por ciento (de sus ocho miembros solo dos fueron reelegidos: Quelch e Irving).
El partido encontró obstáculos por una pérdida constante de militantes y agrupaciones debida a la pobre organización.
En línea con esta recomendación, la Conferencia Anual del partido de 1914 decidió celebrar un referéndum entre la militancia sobre la cuestión.
Esta tensión entre internacionalismo y defensa nacional fue particularmente aguda en el BSP, teniendo en cuenta que ya se habían mostrado amargos desacuerdos sobre ello en la política fraccional de la organización antes del comienzo de la guerra.
Las negociaciones sobre la unidad comenzaron con el Partido Laborista Socialista (SLP), un grupo focalizado en Escocia que abrazaba posiciones de un sindicalismo revolucionario no muy lejano de los sóviets rusos, pero con el que no se pudo alcanzar un acuerdo en varias cuestiones organizativas, incluida la cuestión de si el nuevo partido debía afiliarse al Partido Laborista.
El BSP continuó paciente y persistente en sus esfuerzos por establecer un nuevo Partido Comunista en Gran Bretaña.
"Alf" Watts y Fred Willis, junto a Tom Bell, Arthur MacManus y William Paul de la fracción "Grupo de Unidad Comunista" anteriormente asociada al SLP, así como W. J. Hewlett del SWCC.
El grupo acordó además que el Comité Ejecutivo Provisional sería elegido por la futura convención del Partido Comunista de Gran Bretaña eligiendo seis personas más a esta lista.
La antigua sede del BSP, situada en el número 21 de Maiden Lane, Strand, Londres, W.C.2, se convirtió en la primera sede del recién formado CPGB, que se trasladaría a nuevas dependencias un año después.