[7][18][19] Además destaca que el personaje central es femenino, algo característico del evangelista Lucas.
[20] Con ella se representa a Dios Padre[20] o, por extensión, al propio Jesucristo.
[24] Los soldados rasos del ejército de Herodes el Grande cobraban ciento cincuenta dracmas (cf.
Cuando la parábola se escribió, diez dracmas no era una suma importante de dinero.
Al igual que sucede con el pastor en la parábola de la oveja perdida, aquí es la mujer la que toma la iniciativa y las acciones para encontrar la moneda: enciende la lámpara, barre la casa, busca con cuidado.
Como sucedía con la oveja extraviada, la moneda —que simboliza al pecador— no hace nada para ser encontrada.
En la parábola de la oveja perdida no hay un vocablo correspondiente a este adverbio.
Pero en ambos textos se expresan el ahínco y la perseverancia, prácticamente en los mismos términos: «hasta que la encuentra».
[8] El pasaje del Evangelio de Lucas especifica que la mujer se dispone rápidamente a compartir su alegría.