Gregorio XII

[4]​ Angelo Correr fue nombrado obispo de Castello en 1380 por el papa Urbano VI.

[5]​ Ambos pontífices iniciaron conversaciones para lograr un encuentro en Savona, pero la poca disponibilidad de ambos para solucionar el conflicto, el temor a que dicho encuentro fuese aprovechado por el rival para capturar al contrario, unido a las maquinaciones políticas del rey de Nápoles, Ladislao, y de la familia de Gregorio XII; hicieron que dicha reunión no se llevara a cabo.

Ni Gregorio XII, ni Benedicto XIII, reconocieron la validez del concilio de Pisa, al que acusaron de anticanónico al entender que sólo el Papa tenía potestad para convocar un concilio ecuménico.

Sin embargo, la vuelta de Luis a Francia hizo que Ladislao se rehiciera militarmente y obligara a Juan XXIII a negociar con él, llegando ambos a un acuerdo por el que el papa le retiraba la excomunión que había lanzado contra él, le otorgaba el reino de Nápoles y reconocía la conquista de Sicilia, mientras que Ladislao abandonaba la causa de Gregorio XII y reconocía a Juan como papa legítimo.

Dicho sistema consistió en que los participantes se reunieran por naciones y que en cada uno de estos grupos tuvieran voto no sólo los prelados, sino también los príncipes, los teólogos y los canonistas.

Este nuevo sistema supuso la confirmación de la teoría "conciliarista", según la cual el Concilio se encontraba por encima del Papa, y este debía plegarse a las decisiones de aquel.