Mariano Rosas (cacique)

Fue el segundo hijo del cacique Painé Güer (‘Zorro Azul’)[6]​ y de una cautiva huinca ("blanca", criolla) cuyo nombre no quedó registrado.[9]​ Poco después los llevó en presencia del gobernador Juan Manuel de Rosas.Allí abandonaron la huella de los bueyes a San Luis hacia el oeste y rumbearon hacia el sur, 300 km más, hasta llegar a la laguna Leubucó, su tierra natal.Conservó hasta en las firmas su nombre cristiano, guardó eterna y pública gratitud hacia su padrino, pero no abandonó su lengua ni su pago.Ni siquiera cuando la viruela diezmó a su tribu y el gobierno le ofreció trasladarlos.[11]​ Asumió la máxima conducción del cacicazgo —pertenecía a la dinastía de los zorros, la más prestigiosa— flanqueado por otros dos grandes caciques: Baigorrita y Ramón el Platero.Fue un gran jefe en la guerra contra el huinca, hospitalario con las familias unitarias y federales.También consiguió pactar largos períodos de paz, en los que fomentó la agricultura y la ganadería.Junto a Mariano Rosas vivía un negro federal, que había sido soldado del coronel Agustín Ravelo, el cual había desertado y no quería salir de los toldos: Mariano Rosas tuvo varios hijos famosos: Epumer (1820-1886), Waiquiner, Amunao, Lincoln, Duguinao y Piutrín.Un mes después de la expedición pacífica, Mansilla hizo publicar ese relato como Una excursión a los indios ranqueles.[11]​ Un año después de que Epumer Rosas asumiera el cacicazgo, la República Argentina lanzó la Conquista del Desierto.[11]​ En 1893, la revista del museo analizaba el conjunto de 111 calaveras masculinas y femeninas.Guardados en una urna, los de Mariano Rosas permanecieron perdidos durante varios años.[11]​ En La Plata (provincia de Buenos Aires) se realizó una ceremonia en la que se devolvieron los restos del cacique a sus descendientes ―encabezados por Adolfo Rosas (nieto de Mariano Rosas)― y comunidad.[14]​ Su cráneo, que había sido profanado y luego usado como pieza en el museo de La Plata, fue enterrado debajo del enterratorio, en Leubucó.Mariano Rosas perteneció a la dinastía de Los Zorros, y sobre la misma cara se encuentra una abertura cofrada que contiene en su interior el cráneo del cacique.