Su fachada meridional, no obstante, podría deberse al arquitecto gallego Domingo de Andrade.
Sus dos torres quedaron inconclusas, no teniendo más que dos pisos y avanzando en planta sobre el muro.
Debajo del frontón se ubica el escudo con las armas de los Argüelles-Celles y los Navia, entre dos leones rampantes.
La distribución interior del palacio no se puede precisar, dado su avanzado estado de abandono y ruina.
El patio interior está porticado con columnas toscanas que sostenían corredores de madera, hoy perdidos.
Los tejados y suelos están casi totalmente derrumbados, así como buena parte del patio.