Las plantas y animales que lo utilizaban son destruidas o forzadas a emigrar, como consecuencia hay una reducción en la biodiversidad.
Otras causas importantes son la minería, la tala de árboles, la sobrepesca y la proliferación urbana.
En sus términos más simples cuando se destruye un hábitat, las plantas, animales y otros organismos que lo ocupaban ven limitada su capacidad de carga, lo que lleva a un declive de poblaciones y hasta a la extinción.
Las principales regiones con agricultura no sostenible y con gobiernos que practican mal manejo ambiental están en América Central, África subsahariana y en la selva tropical lluviosa del Amazonas.
[9] En Europa solamente el 15 % de la superficie aún no ha sido modificada por las actividades humanas.
[8] Las selvas lluviosas tropicales han recibido mucha atención respecto a la destrucción de hábitats.
[10] Otros ecosistemas han sufrido tanto como las selvas lluviosas tropicales o aún más.
[11] Pero incluidos en ese 10-20 % están aproximadamente 9 millones de kilómetros cuadrados de lugares con temporada seca que los humanos han convertido en desiertos por medio del proceso llamado desertificación.
[13] Aproximadamente una quinta parte (20 %) de las regiones marinas costeras han sido profundamente modificadas por el hombre.
Si el crecimiento continúa al ritmo actual será necesario aumentar la superficie de las tierras agrarias en un 50% en los próximos 30 años,[17] lo cual es altamente problemático.
En el pasado el movimiento continuo hacia nuevas tierras proporcionaba lo suficiente para satisfacer la creciente demanda mundial por alimentos.
[19] Antes que haya políticas locales, nacionales o internacionales es necesario obtener todos los detalles de la compleja combinación de causas mediatas e inmediatas en cada área o país.
En un sentido más amplio los poderes, ya sea locales, nacionales o internacionales, deben recalcar lo siguiente: