A comienzos del año 1866, se constató un frenazo de las operaciones bursátiles que no tardó en propagarse por toda Europa.
El Banco de Inglaterra inyectó liquidez masivamente para sostener el sistema financiero, a costa de sus propias reservas, que descendieron un 85 % en dos días.
Los especuladores descontaban las consecuencias financieras de una previsible y pronta victoria austríaca, que conllevaría una próxima invasión de Italia por los supuestos vencedores.
La Chambre syndicale des agents de change propuso que la place les sostuviera solidariamente para evitar las quiebras en cascada pero la Compagnie des agents de change se opuso y el rescate fue operado por una suscripción privada.
La víspera de Sadowa, el mercado bursátil cae porque piensa que la guerra será interminable, habiendo precedido a la victoria prusiana una victoria austríaca en Italia, lo que parecía poner fin a las esperanzas de la unificación de Italia.
En su novela L'Argent, Emile Zola presenta como protagonista a un personaje ficticio pero inspirado en la realidad, el banquero Saccard, que se enriquece la víspera de Sadowa, al comprar a la baja acciones de empresas que se beneficiarán del fin rápido de la guerra.
Para Prusia significó abrir la vía para obtener cuatro años más tarde la unificación alemana en su propio beneficio, mucho más rápidamente que lo que hubiera podido esperar.