Godofredo Ortega Muñoz
En 1921 llega a Turín y durante algunos años recorre los más diversos lugares de la península italiana, Milán, Florencia, Nápoles, Roma, Génova, estableciéndose por algún tiempo en las proximidades del lago de Como y del lago Maggiore, desde donde viaja en los meses estivales a la Costa Azul.En 1933, Ortega llega a El Cairo, no sin haber pasado primero por Grecia y Constantinopla.En octubre de 1937 expuso en Oslo, en la galería Blomqvist, un espacio de prestigio en el que había expuesto Edvard Munch en 1919 y en el que posteriormente se habían organizado exposiciones como la del expresionista Aksel Waldemar Johanessen, Anna- Eva Bergman, o Kurt Schwitters.Su presencia a nivel internacional se hizo notar, ya en los últimos años de su carrera, en la colectiva Masterpieces of Fifty Centuries, que organizó en 1971 el Metropolitan Museum de Nueva York.Para entonces, críticos de varias generaciones se habían pronunciado en los términos más elogiosos sobre su pintura: Manuel Abril, Llosent y Marañón, Camón Aznar, Luis Felipe Vivanco, Gaya Nuño, José Mª Moreno Galván, Manuel Sánchez Camargo, Alonso Zamora Vicente, Santos Torroella, Baltasar Porcel y Corredor-Matheos.En un ensayo memorable, el poeta Gerardo Diego desveló la relevancia ontológica y la cualidad profundamente existencial de su trabajo.