A las religiosas de este instituto se les conoce como monjas agustinas recoletas y posponen a sus nombres las siglas O.A.R.
Es decir, conservaron la autonomía pero bajo el gobierno del prior general de la orden.
De ese modo dio inicio la Orden de los Agustinos Recoletos, que también llevó consigo a numerosos monasterios femeninos que querían vivir la recolección.
[2] La Orden de Monjas Agustinas Recoletas son un instituto religioso formado por monasterios indepedientes, sui iuris, siendo gobernado cada uno de ellos por su propia superiora.
Las monjas se dedican a la vida contemplativa, aunque como cada monasterio es autónomo puede decidir el grado de clausura o pastoral al interior de los mismos.