Agustinas descalzas

Al inicio, el prelado pretendía un monasterio de carmelitas descalzas, pero al no haber podido hacerlo, llamó un grupo de canonesa de San Agustín y dio vida al primero monasterio de agustinas descalzas.

[2]​ Luego del Concilio Vaticano II, a causa de las crisis de vocaciones que afectaron a la mayoría de los institutos religiosos, las Agustinas descalzas han tenido que ir cerrando sus monasterios.

Los últimos en hacerlo fueron los de Valencia (2009) y Alcoy (2013).

[4]​ Las monjas agustinas descalzas se dedican a la vida contemplativa, observan la clausura papal y viven según la espiritualidad de la Regla de San Agustín, adaptada a los tiempos modernos por sus Constituciones aprobadas por la Santa Sede.

El instituto hace parte de la Orden de los Agustinos Recoletos y junto a las monjas agustinas recoletas forman la llamada Segunda Orden.

Juan de Ribera (1532-1611), fundador del primer monasterio de agustinas descalzas en Alcoy (1597). Imagen: El patriarca San Juan de Ribera en el Museo del Prado .