A la edad de ocho años, perdió a sus padres y es criada por dos tías, monjas agustinas.
En 1586, ingresó al Monasterio de Ciudad Rodrigo, del cual fue priora en 1598.
Con este fin, se había inaugurado un primer monasterio reformado en Madrid, el 24 de diciembre de 1589, y otro en Salamanca, en 1594.
[2] La reforma se extendió rápidamente en Éibar (1603), Medina del Campo (1604), Valladolid (1606) y Palencia (1610).
El mismo año, por iniciativa de la esposa del rey Felipe III, Margarita de Austria-Estiria, Mariana reformó el Monasterio madrileño de Santa Isabel y comenzó, un año después, la construcción, en Madrid, del Real Monasterio de la Encarnación.