De gran relevancia en la Europa medieval, con la reforma protestante la orden fue severamente dañada.
Cada monasterio debía albergar 60 monjas (de las cuales 4 hermanas legas), 13 presbíteros (en relación con los 13 apóstoles, incluyendo a San Pablo), 4 diáconos (en honor a los cuatro principales Doctores de la Iglesia: Agustín, Ambrosio, Gregorio y Jerónimo), y ocho hermanos legos.
El número total de personas debía ser igual a los 13 apóstoles más los 72 discípulos.
Las monjas se mantenían en encierro constante, dedicadas al estudio y a la oración.
En 1515, la orden se hallaba extendida en varios países europeos y el número máximo de casas monásticas llegó a 80.
[4] Con la reforma protestante en Europa, la orden fue sometida a fuertes persecuciones y asesinatos en los países que la adoptaron.
En Suecia, el Convento de Vadstena fue saqueado y las monjas se exiliaron a Polonia.
[4] Con la tolerancia religiosa, algunas comunidades brigidinas femeninas regresaron a sus países de origen.