Las fuerzas armadas israelíes llevaron a cabo más de 1100 incursiones aéreas, y bombardearon intensamente el Líbano con unos 25 132 proyectiles.
Hezbolá, desde sus bases en el sur del Líbano, lanzó 639 cohetes contra municipios del norte de Israel, especialmente la ciudad de Kiryat Shemona.
Las edades de los niños asesinados oscilaban entre los 7 meses y los 9 años.
Aunque los funcionarios israelíes admitieron que el vehículo fue el objetivo, el general de división Moshé Yalón afirmó que "fue utilizado por los combatientes para huir", pero una investigación independiente realizada por Amnistía Internacional, no encontró conexión entre ninguno de ellos con la milicia chiita Hezbolá.
Fue alcanzada por proyectiles antipersona israelíes que estallaron en el aire lanzando al suelo una lluvia mortífera de metralla.