La leyenda supone que el joven Bianor II, en su huida, intentó volver a Grecia, pero al no conseguir una nave con la que cruzar el Egeo, pasó a través de los Dardanelos y acabó estableciéndose en la actual Albania, donde fundó su reino.
A la muerte de Bianor II, su hijo Tíberis le sucedió en el trono, y este a su vez tuvo dos hijos, Tíberis, legítimo, y Bianor III, concebido extramatrimonialmente con la bella campesina Manto,[2] apodada la Fatídica.
Al despertar, Ocno se encontraba en una pradera llena de vegetación, surcada por numerosos arroyos, y donde apacentaban a sus ganados unas gentes que se hacían llamar carpetanos, gente sin patria que, según le dijeron, esperaban una señal divina para dejar de ser nómadas y asentarse en algún lugar.
Y como hizo Metragirta, del mismo modo él, Ocno Bianor debía ofrecer su vida.
A la ciudad la llamaron Metragirta, que se convirtió en Magerit y luego en Madrid.