Notre charge apostolique

Fundado en París en 1898 por Marc Sangnier, Le Sillon[2]​ se presenta como un movimiento católico con un objetivo social, como respuesta a la petición de León XIII, formulada en la Rerum novarum.

Obtuvo enseguida una buena acogida entre los católicos, adhiriéndose a él personas de distintas clases sociales y desarrollando una amplia labor educativa entre los jóvenes.

Sin embargo su deriva hacia planteamientos de orden político enturbió sus relaciones con la jerarquía, con actitudes que el Papa consideró inadecuadas.

A continuación la carta identifica los errores particulares en que incurre el movimiento, al rechazar en la práctica, diversas enseñanzas de la Iglesia: "la autoridad pública procede de Dios, no del pueblo ni puede ser revocada por el pueblo (n. 19) la autoridad y la obediencia son necesarias y no coartan la libertad (n. 20).

"Conservó su periódico, La Démocratie, y se limitó a una pura acción cívica, mediante la Ligue de la Jeune République, que fundó en 1921, sin la más leve inspiración religiosa"[5]​