Estos impulsos son conducidos por la médula espinal hasta su punto de llegada en las neuronas motoras somáticas.Tras este proceso, las proteínas contráctiles miosina y actina de las fibras musculares contraen el músculo.[4] Los bloqueadores neuromusculares inhiben la contracción del músculo esquelético al interferir con los receptores nicotínicos II.Clínicamente, el bloqueo neuromuscular se usa como un adjunto a la anestesia general para inducir parálisis, para que la cirugía, especialmente abdominal e intratorácica, puede ocurrir con menos complicaciones.Estas toxinas actúan sobre proteínas denominadas sinaptobrevinas y sintaxinas, que acercan la vesícula a la membrana externa de la célula y favorecen la fusión de éstas para la consiguiente liberación del neurotransmisor a nivel presináptico.