El nacionalsocialismo dirigió su odio especialmente contra los judíos en términos raciales, pero también hubo una persecución religiosa contra cristianos: católicos, protestantes, testigos de Jehová y otras clases de clero, teólogos u organizaciones religiosas que se oponían al nacionalsocialismo.
Durante su trayectoria política, Hitler mantuvo una posición pública de reconocimiento oficial a la Iglesia católica.
[10][11] Evidentemente, sus proponentes principales (Rosenberg, Himmler, Goebbels y Bormann) serían conocidos por su rotunda hostilidad hacia el cristianismo histórico.
Por su parte, en la Iglesia evangélica alemana sucedía algo similar: por un lado, en 1931 estaban los llamados Cristianos Alemanes quienes se amoldaron a la ideología del Tercer Reich y eran liderados por Ludwig Müller (el Obispo del Reich),[12] por otro lado estaba la (Deutsche Evangelische Kirche) luterana que condenó el Nazismo en 1934, lo que provocó un cisma en ella.
En el año 2000, un documento no oficial sobre las relaciones judeocristianas, llamado Dabru Emet, fue escrito por 220 rabinos e intelectuales judíos.
La Casa de los Budistas se mantuvo abierta durante la Segunda Guerra Mundial, pero los nazis la controlaban fuertemente.
[20] La relación histórica entre judíos y cristianos durante la Alemania Nazi ha llevado a realizar varias producciones cinematográficas: