Sin embargo, la situación científica de Francia y Alemania en el siglo XIX era muy distinta, por lo que esta calificación resulta inapropiada.
La correspondencia entre el micro y el macrocosmos lleva a considerar la naturaleza como un "organismo global".
Más bien, han de ser incorporados en la corriente del Sturm und Drang, aunque su influencia fue decisiva y explícitamente reconocida por los que pueden ser considerados estrictamente Naturphilosophen.
Ludolph Christian Treviranus (1779-1864), Christian Conrad Sprengel (1750-1816) y Dietrich Georg Kieser (1779-1862) concibieron a las células vegetales no como cavidades, sino como corpúsculos organizados e individualizados, allanando el camino a la futura teoría celular.
Por otro, los naturphilosophen desarrollaron conceptos fundamentales en biología, como la homología o la visión histórica de la naturaleza.