Esto llevó a que en 1926 se firmaran tres acuerdos entre Estados Unidos y Cuba para combatir la problemática, sin mucho éxito.
Durante los gobiernos de Ramón Grau San Martín, Carlos Prío Socarrás y Fulgencio Batista, los narcotraficantes tenían influencia en mandos medios del poder ejecutivo y principalmente en el poder judicial.
[1] La relación entre Fulgencio Batista y la mafia data desde 1933, cuando conoció a Meyer Lansky.
Para Batista, Cuba debía reducir la dependencia del negocio azucarero e impulsar el turismo así como los casinos.
[11] Jhon Jairo Velásquez alias "Popeye" en su libro "El verdadero Pablo" señala una supuesta red de narcotráfico que pasaba por Colombia, México, Cuba y Estados Unidos.
Señala que la operación, que duró 2 años, fue conducida:"por los militares cubanos al mando del general Ochoa y el oficial Tony de la Guardia, bajo instrucciones directas de Raúl Castro".
Para algunos el juicio fue una estrategia para desviar la atención sobre los supuestos vínculos del gobierno con Pablo Escobar.