Esa misma noche, Fidel anuló el fallo y nombró un nuevo tribunal, presidido por Piñeiro, que sí condenó a los aviadores.
Pena se suicidaría y el comandante Antonio Michel Yabor, otro de los miembros del primer tribunal, terminó en el exilio.
[aclaración requerida][7] Piñeiro supervisó operaciones secretas y apoyo a las fuerzas procomunistas en Argentina, Venezuela, Perú, Colombia, Bolivia y proporcionó la infraestructura para las acciones africanas del Che Guevara.
[6] La derrota y muerte del Che Guevara socavó la posición de Piñeiro.
Estaba casado con la chilena Marta Harnecker, a quien había conocido en 1972[9] y con quien tuvo una hija, Camila.
[10] Mauricio Vicent, corresponsal del diario español El País, resumía con estas palabras la personalidad de Piñeiro: «Héroe para sus hombres en Cuba, odiado a muerte por sus enemigos ideológicos en Miami, Estados Unidos y todo el continente, Piñeiro fue un estratega extremadamente hábil, de un humor e inteligencia fuera de lo común, cualidades que reconocían y temían hasta sus peores adversarios».
[1] Revolucionario ferviente, «mantuvo hasta el final que el pensamiento de Guevara todavía tenía vigencia en América Latina y que la guerrilla de Bolivia pudo haber triunfado».
[1] Luis Suaŕez Salazar reunió textos de Piñeiro que publicó en Ocean Press en colaboración con Ediciones Tricontinental en Che Guevara y la revolución latinoamericana.