Nacionalización de los ferrocarriles en Argentina

Finalizada la Segunda Guerra Mundial en 1945, el Reino Unido tenía una deuda con Argentina impagable con su moneda por la inconvertibilidad de la libra esterlina.

[1]​ Además, en 1947 caducó la Ley Mitre que beneficiaba a las empresas ferroviarias en materia impositiva.

[2]​ En este momento, el movimiento obrero argentino perseguía la nacionalización de los ferrocarriles.

[3]​ Como parte del proceso de nacionalización, el gobierno asignó nuevos nombres a las diferentes líneas.

Por otro lado, Ricardo M. Ortiz la consideraba como la continuación de la lucha antiimperialista del peronismo y argumentaba que la baja rentabilidad fue determinante para la venta.