Era algo específico dentro de la represión general y sistemática dirigida contra la población civil considerada desafecta a los sublevados.
[1] Con una represión generalizada se buscaba sembrar el terror para sentar las bases del futuro régimen.
Pero, además, en el caso de las mujeres, se quería hacerlas volver a sus roles tradicionales tras la libertad vivida en la Segunda República y la guerra civil.
Así se conseguía diferenciarlas del resto de población aunque no fueran encerradas.
[3] En ocasiones el aceite estaba mezclado con gasolina, y en una dosis oficial de medio litro por mujer.
[6] Se conservan pocas fotografías de estas mujeres pero testifican que este castigo fue realizado por toda España: Montilla,[10] Marín[11][12] Málaga, Oropesa, País Vasco,[13][14] Andalucía.