Mujeres rapadas

El castigo de afeitar el cabello a la mujer es antiguo y está presente en varias culturas: encontramos ejemplos en la Biblia,[1]​ en una capitular del Imperio carolingio datada del 805 donde se cita esta práctica entre los visigodos[2]​ y en la Edad Media, como degradación para las mujeres que habían cometido adulterio.

El ritual llevado a cabo por los falangistas era similar en todos los casos: las mujeres eran recogidas en sus casas, afeitadas en la plaza mayor y en público, dejándolas a veces con algunos mechones trasquilados que servían para colgar cintas.

El rapado de cabezas pasó a ser la sanción más común contra las mujeres que habían confraternizado con el enemigo, al haber mantenido relaciones sexuales, amistosas o profesionales con el ocupante, pero no la única.

Solo en el departamento francés de Morbihan, 76 mujeres fueron ejecutadas extrajudicialmente, incluidas 27 por haber tenido relaciones íntimas con alemanes.

Asimismo, en ocasiones se les pintaba esvásticas con pintura, alquitrán o lápiz labial.

Sin embargo, lo habitual era que se hiciera en la calle, a vista de todos.

Entre las personas condenadas en estos juicios estaban mujeres enamoradas que se negaban a abandonar a su pareja o a su marido alemán, prostitutas que habían mantenido relaciones con soldados del ejército enemigo o simplemente mujeres que tuvieron que ponerse al servicio de los alemanes, en la mayoría de los casos como costureras o trabajadoras domésticas, para poder subsistir en tiempos de guerra.

[25]​ Otros autores ascienden el número a las 100 000 y 200 000 víctimas en Francia, como Fabrice Virgili,[26]​[27]​ Jean-Paul Picaper o Ludwig Norz.

[30]​ No obstante, cabe señalar que el rapado de cabellera contaba con un mínimo de organización: generalmente estaba presente un funcionario (policía, gendarme) que confería un «carácter oficial» al castigo.

[18]​ No se sabe con exactitud cuántas mujeres tuvieron una relación con un soldado alemán durante la ocupación del país, aunque se estima que hubo alrededor de 140 000 chicas alemanas (en neerlandés: moffenmeid) en los Países Bajos.

[36]​ De igual manera, hubo mujeres obligadas a tener relaciones sexuales con soldados alemanes que también sufrieron el mismo destino.

[46]​ No obstante, algunas etnias o pueblos autóctonos, como los samis en la región de Laponia, quedaron excluidos.

[47]​ A partir de 1942, la regulación del matrimonio se hizo más estricta, al mismo tiempo que la prensa clandestina y las publicaciones en contra de la ocupación nazi comenzaban a proliferar en los países nórdicos.

[48]​ En estos periódicos y panfletos empezaron a aparecer artículos atacando a los colaboracionistas del bando alemán, así como filtraciones de nombres y direcciones de personas vinculadas con la Alemania nazi.

[49]​ Tras la liberación, las mujeres detenidas por las autoridades noruegas eran rapadas, generalmente por hombres,[51]​ e internadas en campos de concentración.

[56]​ Más de 3 000 mujeres noruegas que se casaron con alemanes pasaron a ser inmediatamente consideradas ciudadanas alemanas y por consiguiente fueron deportadas del país, trasladándose en los años posteriores a las recién divididas Alemania Occidental y Oriental.

[57]​ El 17 de octubre de 2018, la Primera ministra Erna Solberg aprovechó un acto del Gobierno por la Declaración Universal de Derechos Humanos para pedir disculpas en nombre del país por la forma en que las autoridades noruegas trataron a las mujeres que mantuvieron una relación con los soldados alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

[63]​ Estos niños, denominados Tyskerunge, acabaron en su inmensa mayoría en hogares de acogida.

Supuestas o comprobadas, las relaciones más diversas (desde el simple contacto diario hasta la amistad) se vuelven íntimas según los rumores infundidos entre la población.

Las acusaciones de frivolidad, gusto por el lujo y mala conducta[18]​ de todas las mujeres colaboracionistas desembocan en el castigo del afeitado del pelo, considerado justo, proporcionado, eficaz y necesario para ellas.

[57]​[71]​ Las mujeres que no podían permitirse dejar sus viviendas tuvieron que permanecer recluidas durante un periodo más o menos prolongado de tiempo; se tiene constancia del caso de una mujer rapada que permaneció encerrada en su casa hasta 1983, casi cuarenta años después de los hechos.

[73]​[74]​ El trauma derivado del castigo hizo que las mujeres afectadas padecieran trastornos como reacción de estrés agudo, depresión o un sentimiento de culpa que dificultó o incluso imposibilitó reconstruir su vida[75]​ y su equilibrio interior.

[78]​[79]​ Sin embargo, de la Segunda Guerra Mundial hay un registro mucho más exhaustivo, con informes, noticias, crónicas, testimonios e imágenes sobre los hechos.

Francia no reconoció oficialmente a los niños de la guerra nacidos entre 1940 y 1945 hasta el año 2010.

Rapado de cabezas a una mujer en Montélimar durante la épuration légale en 1944.
Varias Moffenmeiden neerlandesas, una de ellas con el cabello rapado, obligadas a desfilar en 1945.
Dos femmes tondues , obligadas a caminar descalzas y con una esvástica pintada en la frente, por las calles de París en 1944.
Mujer rapada neerlandesa, obligada a posar junto a un retrato de Adolf Hitler y hacer un saludo nazi , en la ciudad de La Haya en mayo de 1945.