El avión, según se informó, había golpeado con las copas de los árboles, golpeó el suelo y cayó roto en pedazos.
A bordo también se encontraba el gobernador del Banco Nacional de Polonia, Sławomir Skrzypek, el jefe del ejército polaco Franciszek Gągor y el viceministro de Relaciones Exteriores Andrzej Kremer.
Por lo menos 96 países, 13 organizaciones internacionales y varias otras entidades expresaron su reacción ante el accidente.
[9] Polacos alrededor del mundo rindieron tributo a Kaczyński y a los demás fallecidos, organizando misas, despositanto flores y velas, e instalando pequeños homenajes en lugares públicos, muchos incluso llorando abiertamente.
[10][11][12][13] Numerosos negocios cerraron tras noticias del accidente, entre ellos cines, teatros y centros comerciales.
Al terminar la misa, los dos féretros fueron llevados al Aeropuerto Militar de Okęcie hacia Cracovia, en donde serían recibidos en el aeropuerto internacional Juan Pablo II-Balice a primeras horas de la mañana del 18.
Debido a la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia, muchos jefes de Estado y Gobierno no pudieron asistir.