El relieve del municipio es predominantemente llano, aunque cuenta con algunas muelas, cerros aislados y una zona más irregular al sureste con muchos barrancos.Muel aparece mencionada, en 1160, como Molle, topónimo que se ha relacionado con «muelle», por el dique romano indicativo de la antigüedad del lugar, y con «muela», pieza del molino.[4] De hecho, hasta 1610 fue tierra poblada por musulmanes, cuya laboriosidad y actitud ante la Corona permitió que Pedro IV les concediera franquicias en 1383.Destaca la alta torre campanario, único vestigio del anterior templo mudéjar; sus dos primeros cuerpos son de planta cuadrada y los dos superiores octogonales.Al exterior, el templo está construido en mampostería de piedra y ladrillo.Se halla situada en el altar mayor colocada sobre una doble peana, dorada y policromada en tono rojo.Estas cuatro pinturas fueron realizadas al óleo, técnica que le permitió una rápida ejecución.En su construcción participaron las legiones romanas, hecho atestiguado por las distintas marcas halladas, y los materiales empleados en su erección proceden de una cantera romana que se ha localizado en sus proximidades, al noreste del actual parque.[14] Por otra parte, hay varios edificios catalogados como casas palacio dentro del casco urbano de Muel.En la calle Mayor existe otra casa palacio, donde se alojaba el arzobispo cuando realizaba las visitas pastorales.Sin embargo, a lo largo del siglo XIX la alfarería se fue extinguiendo lentamente en el municipio.