Algunos mamíferos acuáticos, como las ballenas o los delfines, tienen las fosas nasales situadas en la parte superior del cráneo en lugar de en la nariz, facilitando así la respiración cuando ascienden a la superficie.
Tras la entrada del aire en las fosas nasales, las partículas de mayor tamaño son filtradas en las vellosidades y quedan atrapadas en la mucosidad.
En el humano dentro de cada narina aparece un pequeño espacio llamado vestíbulo nasal cuyas paredes internas presentan unos escasos pelos cortos.
Gracias a la mucosa, la corriente de aire sufre unos cambios fundamentales, es filtrada calentada y humidificada.
Este aire es filtrado, dejando en la fosas nasales las partículas que son dañinas para la laringe y la tráquea.
Este aire es calentado, penetra dentro de las fosas nasales a la temperatura ambiente, que puede ser muy fría y mediante el contacto con la mucosa.
De esta forma se previenen procesos inflamatorios o infecciosos del aparato respiratorio.
Las fosas nasales obstruidas, representan un molesto problema para quien las presenta y además la respiración se ve dificultada en mayor o menor medida.
[17][20] La vaporterapia mediante aparatos comerciales también fluidifica las secreciones, si se hacen 3-4 sesiones diarias de 10-15 minutos cada una.