En el campo del diseño automovilístico, una configuración con motor delantero y tracción trasera (DT) es aquella en la que el motor está ubicado en la parte delantera del vehículo y las ruedas motrices están ubicadas en la parte trasera.
[1] Fue el diseño tradicional durante la mayor parte del siglo XX.
Cuando se habla de forma genérica de un motor delantero sin más, se entiende que el propulsor está situado por delante del habitáculo del automóvil, aunque de forma general se considera que el centro de masas del motor queda situado por delante del eje delantero.
Si se utiliza un motor longitudinal, lo más habitual en los vehículos DT, se tiende a evitar que la posición del centro de masas del motor quede muy por delante del eje delantero, puesto que esta circunstancia hace que el coche tienda a cabecear hacia adelante, reduciendo además el peso sobre eje trasero y su capacidad de tracción y adherencia.
En contraste con el diseño del motor delantero y tracción trasera, el motor se desplaza hacia atrás lo suficiente como para que su centro de masas esté situado por detrás del eje delantero.