La ciudad experimenta reformas en su urbanismo y se proyectan jardines de traza racionalista.
También fue la puerta a través de la que entró ejército en la ciudad en 1838 durante la Primera Guerra Carlista.
Lo más interesante es un alfarje de 1590 en la planta baja, muy bien conservado al haber estado oculto por un falso techo.
Está situada en la zona del Canal Imperial de Aragón y su construcción estuvo relacionada con este magno proyecto hidrográfico.
En 1978 es declarada Monumento Nacional y en la actualidad funciona como capilla castrense situada en el interior de un complejo cuartelario del Ejército.
En 1984 se iniciaron los trámites para que fuera declarado Bien de Interés Cultural.
Consistió en unificar y dar un aspecto de dignidad a la fachada, aunque su interior no reflejara tal prestancia.
Actualmente el interior está reformado por completo y dedicado a centro social de mayores.
La fachada muestra correctas proporciones con ventanas rectangulares de gran amplitud.
La cubrición termina en un alero de notables dimensiones sin trabajado escultórico en concordancia con el gusto contemporáneo más moderno.
Fue el propio Ramón Pignatelli, promotor del canal, quien hizo construir, para recuerdo del éxito de la empresa, esta fuente de estilo neoclásico aunque con claros recursos barrocos.