En los cuatro costados del cuerpo principal están grabados, en relieve, los combates navales de Iquique, Punta Gruesa, Angamos y Arica, con las fechas en que tuvieron lugar, y en la parte delantera y posterior del cuerpo central se leen las siguientes inscripciones: «A sus heroes martyres» (sic), «La Patria reconocida».
Bajo tierra hay una sólida bóveda que encierra en nichos los restos de Prat, Condell, Serrano, Aldea y otros jefes y oficiales que participaron en estos combates.
Para dar cumplimiento a la ley, se realizó una colecta nacional que reunió sobre 56 000 pesos oro, a los que se agregaron 35 000 del gobierno; luego se nombró en Europa una comisión compuesta por los embajadores chilenos en Francia e Inglaterra y el capitán de navío Luis Ángel Lynch, asesorados por el escultor chileno Virginio Arias.
A las 14.00 horas llegó hasta la plaza el presidente de la República Domingo Santa María, quien, después de los honores, tomó un cordón y con él corrió las banderas que se plegaron hacia los cinco mástiles colocados en torno al monumento, quedando las estatuas descubiertas y a la vista del público que llenaba la plaza y las ventanas de los edificios adyacentes.
Las aclamaciones solo cesaron cuando el presidente pronunció con voz clara y conmovida su discurso, del cual reproducimos algunas partes:
En todos estos lugares se dijeron discursos, siendo el último el del presidente de la República José Manuel Balmaceda frente al monumento, y que en parte dijo: