[1] Algunos peregrinos vinieron a Roma para participar a la Misa presidida por el Papa Pío XII.
Los peregrinos había una intuición común: como la Virgen, que vive en el corazón de amor trinitario, otras personas de todo el mundo están escogido por Dios.
Los monjes y monjas han respondido, al igual que María, la llamada del Padre, que, desde toda la eternidad «nos eligió en Cristo a ser santos en la caridad.» (Efesios 1,4) Doce semanas más tarde, la primera comunidad se basa en la diócesis de Sens en Francia.
La vida de los monjes y de las monjas se escanea en la oración y en el trabajo, a la Santísima Trinidad en el silencio y la soledad.
La familia monástica de Belén, la Asunción de la Virgen María y de San Bruno cuenta más de 700 miembros, divididos de la siguiente manera: