Mondo cane

En la Riviera, las chicas vestidas de bikiní cortejan a los marineros estadounidenses.

De regreso a Nueva Guinea, los cerdos son sacrificados para un festín largamente esperado.

Mientras tanto, en Taipéi, Taiwán, los perros son sacrificados y desollados vivos por su carne.

En la isla Tiberina, Italia, hombres vestidos con ropas rojas protegen los huesos de sus ancestros.

En Checoslovaquia, Yves Klein realiza sus pinturas con la ayuda de algunas modelos femeninas y algunos músicos para expresar su color favorito, el azul.

En Goroka, Papúa Nueva Guinea, hay tribus indígenas que van a la iglesia.

Al principio, como revelaron las entrevistas de Cavara (que dirigió la campaña para la zona euroasiática y europea) y su supervisor Stanis Nievo, Mondo cane fue un proyecto único concebido con Mujeres en el Mundo (La donna nel Mondo), en el que trabajó paralelamente (1960-62).

Además, el éxito de la película llevó a Jacopetti y Prosperi a producir varios documentales adicionales, incluyendo Mondo cane 2, Africa addio y Adiós Tío Tom (Addio Zio Tom), mientras que Cavara dirigió Mujeres en el Mundo, Malamondo, así como el drama antimondo El ojo salvaje (L'occhio selvaggio).

[2]​: 152–53  Las películas continuaron hasta los años noventa con dos secuelas del alemán Uwe Schier; a pesar de que fueron la quinta y sexta película de la serie, se titularon Mondo cane IV y Mondo cane V.

En 2010 Mike Patton lanzó un álbum musical en homenaje a la película, también llamado Mondo Cane.