Según otra versión de esta leyenda, los romanos habrían recogido los granos de trigo reunidos por el odiado rey, y lo habrían arrojado todo en el lugar donde después se formó la isla.Después de haber consultado los Libros Sibilinos, el Senado romano decidió construir un templo dedicado a Asclepio (Esculapio), el dios griego de la medicina, y al mismo tiempo organizó una delegación para obtener la estatua del dios en Epidauro.Maravillados ante tan milagroso evento, los romanos construyeron una enorme nave fija que abarcaba toda la isla: Revestimientos en travertino se le adjuntaron a las orillas con formas de proa y popa, se erigió un obelisco en el medio de la isla para representar el mástil de un barco, y se rodeó la isla con muros, lo que la hacía parecer un barco verdadero.Durante la Edad Media, el templo fue utilizado como una fortaleza de los Pierleoni, quienes fueron sucedidos por los Caetani.En el año 1900 fue concedido su uso al Hospital Israelí, que todavía lo continúa utilizando.