Monasterio de Santa María de la Caridad

A lo largo de la Edad Moderna se construyeron nuevas dependencias y se contrataron diversos trabajos artísticos, aunque el Monasterio nunca superó su humildad en cuanto a posesiones materiales y económicas, siendo su importancia sobre todo de índole espiritual e intelectual.

Hace unos años las monjas acometieron personalmente una profunda restauración de las dependencias monacales y del compás exterior.

En el muro norte o del Evangelio se abre una portada románica abocinada con tres arquivoltas de medio punto, la exterior ornamentada con labra floral, que descansa en columnas acodilladas con capiteles decorados con motivos vegetales geometrizados.

Sus capiteles son lisos o se cubren de palmetas y hojas esquemáticas.

El Monasterio fue construido de una sola planta, probablemente románica, como lo demuestran dos arcos aparecidos en el muro este del claustro o ala capitular.

Los arcos del exterior, hallados y abiertos en la última restauración, presentan ritmo mudéjar.

Erigido en el siglo XVIII en estilo barroco y con fachada de ladrillo, conserva el balcón construido en la reforma del siglo XVI, desde donde la madre abadesa emitía bandos y pregones a sus vecinos enfeudados.

En ella se encuentran expuestos tres retablos barrocos del siglo XVII.

El retablo de Nuestra Señora del Rosario fue donado por la familia Oñate y presenta una predela con lienzos de Santa Ana, Santo Domingo y San Pablo, un lienzo central con la imagen de la Virgen del Rosario, y un remate con otro lienzo que representa a Dios Padre.

Desde la reforma del siglo XVI el retablo presidió la Capilla Mayor de la iglesia y en 1970 fue descolgado para su restauración, pasando posteriormente a su ubicación actual.

Así, 1628, año en que el papa Urbano VIII prohibió esta iconografía por considerarla herética, pudo ser el momento en que el abadesa mandó retirar esta tabla semicircular del Retablo mayor de la iglesia.

Con un gran lienzo central del santo titular, aunque son de mayor mérito las pinturas laterales que representan mártires, papas, obispos y evangelistas.

Compás exterior del Monasterio.
Portada románica en el muro norte de la iglesia.
Galería del claustro.
Tabla de la Trinidad, de Jerónimo Cósida (c. 1570).
Aspecto de la Sala II del Museo.